Me despido con esta imagen tan graciosa y veraniega... Un abrazo!!
jueves, 16 de junio de 2016
El niño y los clavos
Un cuento que
habla de las consecuencias del mal genio y temperamento de los niños. Una
experiencia para que los niños reflexionen sobre sus malas reacciones.
Había un niño que tenía muy, pero que
muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que
cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás
de la casa.
El
primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así
con los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil
controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño
no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que
clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal
temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho,
sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, que
sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo
finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca.
Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la
casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajo duro para
clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que
quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices
o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, como
estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida
estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los amigos, así como los padres y toda
la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y
te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre
tienen su corazón abierto para recibirte.
Las palabras de su padre, así como la
experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre
las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha
acabado.
FIN
martes, 7 de junio de 2016
Coeducación
Educación no sexista: educar en igualdad a niñas y a niños para que se desarrollen como
personas y para evitar la discriminación por su sexo. La coeducación debe ser un esfuerzo de
todos: la familia, la escuela, los medios de comunicación, etc. Tiene como fin que no existan discriminaciones ni desigualdades por motivo del
género.
Algunas de las propuestas coeducativas dentro de la escuela son:
-Observar si las niñas y los niños muestran en el aula o fuera de ella una actitud respetuosa y tolerante con los demás.
-Desde las primeras etapas escolares fomentar, en los juegos y dinámicas, que no se discrimine a nadie practicando la inversión de papeles. Por ejemplo, hacer obras de teatro donde las niñas puedan hacer de niños y los niños puedan hacer de niñas.
-Enseñar a las niñas y niños a utilizar los juguetes indistintamente, sin pensar en el género.
-Formar al profesorado para que sepa trabajar contra el sexismo en la escuela.
Algunas de las propuestas coeducativas dentro de la escuela son:
-Observar si las niñas y los niños muestran en el aula o fuera de ella una actitud respetuosa y tolerante con los demás.
-Desde las primeras etapas escolares fomentar, en los juegos y dinámicas, que no se discrimine a nadie practicando la inversión de papeles. Por ejemplo, hacer obras de teatro donde las niñas puedan hacer de niños y los niños puedan hacer de niñas.
-Enseñar a las niñas y niños a utilizar los juguetes indistintamente, sin pensar en el género.
-Formar al profesorado para que sepa trabajar contra el sexismo en la escuela.
miércoles, 1 de junio de 2016
Importancia del juego libre
Durante la infancia, el niño vive en una fase en la que el juego libre debe ser su actividad principal. Jugar es aprender, a través del juego el niño comprende el mundo y se comprende a sí mismo. Por eso, es esencial entender la importancia del juego libre para el desarrollo del niño.
El juego libre consiste en jugar con su cuerpo, con juguetes, manipular objetos, poder moverse guiados por su propio instinto y por su curiosidad innata. Sin reglas, sin límites ni rigideces.
Durante los primeros años de vida el juego debe ser libre y espontáneo surgido a partir de su propia iniciativa, no dirigido por el adulto. Esto no quiere decir que el niño deba jugar solo, por el contrario, la compañía de los padres en el juego, sin agobios, a su ritmo, les proporciona un apoyo emocional fundamental para su desarrollo.
Como decíamos antes, el juego en la infancia no es sólo entretenimiento, sino que sobre todo es aprendizaje. Los niños utilizan el juego para construir su propia identidad y subjetividad. A través del juego aprenden a relacionarse con los demás y con el mundo que les rodea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)